jueves, 16 de marzo de 2017

LA CURACIÓN DEL CUERPO LLEGA A TRAVÉS DEL ALMA


Nuestras actitudes tienen un papel importantísimo en la creación y la destrucción de la salud corporal. La depresión, por ejemplo, además de afectar nuestra capacidad de sanar, también deteriora directamente el sistema inmunológico.
Tarde o temprano todos los seres humanos enfermamos y el dolor reduce nuestra capacidad para el trabajo y el placer, llegando incluso a arrebatarnos la vida. Sin embargo aun pocos somos conscientes que la enfermedad aparece cuando malgastamos nuestra energía, permitimos que nos la quiten, o la conducimos por caminos u objetivos erróneos.
Comprender lo anterior nos abre el camino de la AutoCuración, un milagro posible si interpretamos las dolencias del cuerpo como lo que lo de verdad son: expresiones de un malestar espiritual que SÍ tiene curación. Los miedos, las fobias, la falta de autoestima o el excesivo deseo de control pueden tener repercusiones físicas insólitas y de difícil diagnóstico, que solo podemos resolver aprendiendo a mantenernos en contacto con nuestro YO más profundo.
Aprender el leguaje del sistema energético humano es un medio para comprendernos a nosotros mismos, un medio para salir victoriosos de estos retos espirituales. Al comprender la anatomía de la energía identificará las pautas o modalidades de nuestra vida, y la profunda interrelación que existen en el funcionamiento de mente, cuerpo y espíritu. Este conocimiento propio nos proporcionara placer y paz mental, y al mismo tiempo nos conducirá a la curación emocional y psíquica.
Nos rodea una energía emocional generada por experiencias interiores y exteriores, tanto las positivas como las negativas. Estas fuerzas influyen en el tejido físico interno del cuerpo. De esta manera, la biografía de una persona, es decir, las experiencias que conforman su vida, se convierte en su biología.
LA BIOGRAFÍA SE CONVIERTE EN BIOLOGÍA
Nuestro cuerpo contiene nuestra historia, todos los capítulos, párrafos versos, línea a línea, de todos los acontecimientos y relaciones de nuestra vida. Un miedo, por ejemplo, activa todos los sistemas corporales, el estomago se tensa, el ritmo cardíaco se acelera y tal vez el cuerpo comienza a sudar. Un pensamiento amoroso puede relajar todo el cuerpo.
Todos tenemos sentimientos negativos, pero en ningún caso esto significa que toda aptitud negativa produce enfermedad. Para crear enfermedad, las emociones negativas tienen que ser dominantes, por ejemplo, una persona puede saber que debe de perdonar a alguien, pero decide que continuar enojada le da más poder. Continuar obsesivamente enojado la hace más propensa a desarrollar una enfermedad porque la consecuencia energética de una obsesión negativa es la impotencia. La energía es poder, y transmitir energía al pasado pensando insistente y permanentemente en acontecimientos penosos le quita poder al cuerpo, o lo debilita y puede conducir a la enfermedad. El poder, que nos da la energía, es esencial para sanar y para conservar la salud. Las aptitudes que generan sensación de impotencia además de conducir a una falta de estima propia, también agotan y disminuyen la energía del cuerpo físico y debilitan la salud en general.
EL PODER PERSONAL ES NECESARIO PARA LA SALUD
Muchas personas desarrollan una enfermedad cuando pierden algo que para ellas representa poder, como dinero, un trabajo o cuando pierden a alguien a quien han investido de poder o de su identidad, como la pareja, el cónyuge, un progenitor o un hijo. Nuestra relación con el poder está en el núcleo de nuestra salud. Para que una terapia alternativa tenga éxito es necesario que el paciente tenga un concepto interno del poder, una capacidad para generar energía interior y recursos emocionales, como por ejemplo, Creer en su Autosuficiencia. Es necesario tomar conciencia de lo que nos da poder. La curación de cualquier enfermedad se facilita identificando nuestros símbolos de poder y escuchando los mensajes que el cuerpo y las intuiciones nos envían acerca de ellos.
LAS PERSONAS PUEDEN SANARSE SOLAS
Curación total y cura son algo muy distinto. Se produce una “cura” cuando la persona ha logrado controlar o detener el avance físico de una enfermedad. Curar una enfermedad física, sin embargo, nunca significa necesariamente que se haya aliviado también el estrés emocional y psíquico que formaba parte de ella. En este caso es muy posible, y con frecuencia probable, que la enfermedad vuelva a aparecer.
El proceso de la cura es pasivo, es decir, el paciente se inclina a ceder su autoridad al medico y al tratamiento prescrito, en lugar de desafiar activamente la enfermedad y recuperar la salud. La curación en cambio es un proceso activo e interno que implica investigar las aptitudes, los recuerdos y las creencias con el deseo de liberarse de todas los patrones o pautas negativas que impiden la total recuperación emocional y espiritual.
Conseguir salud, felicidad y equilibrio energético se reduce al centrar más la atención, o el enfoque en lo positivo que en lo negativo, y al vivir de una manera espiritualmente coherente con lo que sabemos que es nuestra verdad.
LA CONCIENCIA Y SU CONEXIÓN CON LA CURACIÓN
Durante las últimas cuatro décadas se ha escrito mucho sobre el papel de la mente en nuestra salud, nuestras actitudes tienen un papel importantísimo en la creación y la destrucción de la salud corporal. La depresión, por ejemplo, además de afectar nuestra capacidad de sanar, también deteriora directamente el sistema inmunológico. El pánico, la amargura, la culpa y el resentimiento obstaculizan el proceso de curación, o lo impiden por completo. La voluntad de sanar tiene un enorme poder, y sin este poder interior una enfermedad se sale con la suya.
LA CONCIENCIA Y LA MUERTE
¿Significa esto que las personas que aun siguen enfermas aun no han conseguido ampliar su conciencia?, NO, en absoluto. Morir no significa no haber sanado. La muerte es una parte inevitable de la vida. La realidad es que muchas personas sí se curan de sus tormentos emocionales y psíquicos, y por lo tanto mueren “sanadas”.
Al igual que nacemos en el momento idóneo para que nuestra energía entre en la tierra, también hay un momento idóneo para dejar la tierra. Nunca tenemos que morir con dolor y enfermedad. La mente consciente es capaz de liberar el espíritu del cuerpo sin tener que soportar el dolor del deterioro físico. Esta elección la podemos tomar todos.
Tomar conciencia significa cambiar las reglas según las cuales vivimos y las creencias que conservamos.Nuestros recuerdos y aptitudes son literalmente las reglas que determina la calidad de vida y la fuerza de los lazos con los demás.
¿PUEDEN SER CURADAS TODAS LAS ENFERMEDADES?
Sí, por supuesto, pero es importante mencionar que esto en ningún caso quiere decir que todas las enfermedades van a ser curadas. A veces una persona tiene que soportar una enfermedad por motivos que le servirán para afrontar sus miedos y su propia negatividad. Y también a veces a una persona le ha llegado la hora de morir. La muerte nunca es el enemigo, es el “miedo” a la muerte.
Saludos fraternales
Daniel Miccael Sais
http://www.shurya.com


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